skip to main |
skip to sidebar
Mi piel de historia
Mi Amo Melas me dio la liberta pa segui el camino de los Iniciaos. Antes de se kajirus, no era mas que un pobre ignorante que habia heredado de mis padres la humilde y trabajadora Casta de los Leñadore.
Pero pronto descubri que el mundo de los Iniciados no estaba hecho pa mi, ni yo pa él, y que lo de los Reyes Sacerdotes y que Gor fuera mas o menos redondo en ve de un disco plano no habia quien se lo creyera. Asin que volvi a Turia, donde naci, donde creci y donde me someti a mi primer Amo.
Mis padres, habian muerto antes de que me convirtiera en un kajirus, pero siempre mabia sentio unio a Turia, la consideraba mi Piedra del Hoga.
Hable con los mayores, pa recorda a mis padres, y esas cosas de las que se hablan cuando no se tiene mas en comun que el pasao. Tambien queria ve si me aceptaban de nuevo en la casta de los leñadores, que sera baja y humilde, pero mu honrá. Uno de ellos, un gran amigo de mi padre que solia darme con ramas en los muslos cuando mostraba torpeza, osea casi siempre, me dijo en tono misterioso que le acompañara a su casa a enseñarme algo.
Yo le segui y me lo enseño. Era una piel enrollá, la tendió frente a mi y me quede mirando como un imbeci los dibujos que tenia.
-Tu padre siempre quiso que te entregara esto. Pero tenia que llega el dia *me dijo.
-¿Qué dia? *le dije yo.
-El dia que lo necesitaras, Yfel.
Yo me quede mirandolo porque no sabia pa que queria yo una piel con dibujos.
-Ah *fue mi respuesta.
-Estas perdio, mas que nunca.
Yo lo miraba, y luego miraba la piel y luego lo miraba a el.
-Tus padres no eran tus verdaderos padres *me solto de un golpe, y señalo uno de los dibujos de la piel.
-Sera verdá... *le dije yo incredulo.
-Tus verdaderos padres son de muy lejos, y son salvajes rojos. *me dijo categoricamente.
Claro, yo ahi me quede estupefacto. Man llamao de to durante toa mi vida, salvaje es una de las cosas suaves, pero lo de rojo si que no lo entendia. Y mientras tanto seguia apuntando dos pequeñas figuras, que parecian un hombre y una mujer, él con algo como plumas en la cabeza, y ella con una cosa enrolla entre los brazos.
Yo ya mestaba barruntando que a ve si la cosa esa iba a ser yo...
Totá que despué de habla largo y tendio, me dijo que debia ir al territorio de los salvajes rojos, que estaba al noreste de Ar.
No vea el viaje... Yo no sabia que pudiera haber tantos pasangs de un sitio a otro, pero los recorrí, porque en verda, lo que habia dicho era cierto: estaba mu perdio, mas que nunca en mi vida.
Por suerte mabian dao dinero junto a la liberta, y pude comprar una kaiila que me llevaria hasta los Barrens, las Tierras Baldias donde viven los salvajes rojos.
Pa qué me compré la kaiila...
Fue entra en el territorio de los Salvajes Rojos y quitarmela junto con to lo que tenia. Ademas se reian de mi y me señalaban diciendo "wayaiha, wayaiha!".
Por lo visto los salvajes son mu territoriales, y en alguna parte yo habia metio la pata. Me lo quitaron to, me dieron una paliza curiosa, hasta que entre mis pocas pertenencias encontraron la piel con los dibujos. La desenrollaron y me miraron raro. Bueno, raro es poco.
Me dejaron en paz alli, tirao con la piel que me habian entregao en Turia.
Cuando me medio repuse y ellos desaparecieron en el horizonte segui caminando, porque la kaiila, a sabe donde estaba ya.
Encontré una aldea. Mientras me acercaba me intercepto un guerrero, como los otros pero con 3 marcas rojas pintás en su kaiila, y en su brazo, con un monton de plumas. Me hablo en un idioma que yo no entendia lo mas minimo.
-Otro que me va a ataca... *pensé, y como lo unico que tenia era la piel, se la enseñe, me extendio el brazo y se la di. La miro y me hizo una seña pa que le siguiera. ¿Qué tendria es piel que parecia como si me salvara la vida?
Otra cosa no podia hace, asi que le segui, y en el centro del poblao, empezaron a rodearme mas hombres vestios con pieles y plumas, mujeres y esclavas y el que mas impresionaba, que era el Jefe de aquella tribu.
Menos mal que hablaba mi idioma, asi que le explique que me llevaba a su territorio, y le enseñe la piel.
Me dijo que era una piel de historia y extrañao me pregunto que como tenia yo eso.
-A mi me lan dao y man dicho que venga a los Barrens y en los Barrens estoy *me encogi de hombros.
Me explico que las pieles de historia se utilizan como en el resto de Gor civilizao los pergaminos. Pero que ellos no usan las letras nuestras sino pictogramas, que eran los dibujos esos que estaban pintaos en varios colores por toa la superficie de la piel.
El Gran Jefe puso el deo en el centro y me fue contando la historia que contaba mi piel de historia, mientras iba girando, porque la narracion se hace en espiral desde el centro hasta fuera:
***Un grupo de blancos se acercaron a la frontera de los barrens y acabo con una de las tribus mas pequeñas. Eran apenas unas decenas los pobladores de esa tribu, hombres mujeres y niños y niñas. Mataron a los hombres y saquearon el poblao y se llevaron to lo que tenia valor: pieles, y mujeres.
Por lo visto uno de los blancos eligio a una de las mujeres como esclava. Era mu guapa y la queria como esclava suya. Se apiado de ella, y de sus suplicas, pidiendo que no mataran a su hijo como habian matao al padre y a tos los hombres de la tribu.
Si, le dejo conservar a su hijo pero al llegar a la ciudad tendria que dejarlo, porque seria vendio como esclavo igualmente en cuanto tuviera edad.
El viaje fue largo, muy largo hasta el sur.
El blanco trataba bien a la mujer y la mujer gozaba de ciertas libertades y consideracion, aunque tenia que servir en to al hombre que habia matao a su marido.
Pero a cambio, tenia al hijo con ella.
Ella empezo a pintar sobre una piel de las que los blancos habian saqueao, como era costumbre en su pueblo. Asi la historia no se perderia.
En la piel se ve como atraviesan rios, ciudades grandes, pueblos pequeños... y como se acerca el destino final del viaje, que significaria la separacion de la madre y del hijo.
Yo mestaba emocionando con lo que me contaba ese hombre vestio con plumas al que tos escuchaban, yo especialmente.
Los ultimos dibujos, los más cerca del borde muestran como la mujer escapa del carro, con el niño envuelto en la piel de kailiauk que habia ido pintando durante el largo viaje, y lo deja en un gran bosque, antes del amanecer, un bosque en el que hombres cortan arboles despues de pedirles perdon y decirles para que utilizaran la madera. Ella regresa a la caravana dejando un rastro de lagrimas. Muchas, muchas lágrimas.
Luego hay un espacio en el que no habia na pintao, y despues de ese espacio en blanco el dibujo de un pajaro volando delante de Tor-Tu-Gor.
-¿Un tarn? *dije yo.
-Un herlit *dijo el Gran Jefe.* Esta tu piel de historia, y esta tu historia. ***
Entonces el gran jefe señaló al cielo donde graznaba, sobre el cielo mas azul que he visto nunca, una especie de tarn pero muchisimo mas pequeño. Fue el primer herlit que vi.
Me quede mirando y recuerdo que pensé *Anda como en la piel...
Pasaron muchas cosas pero resumire, porque lo que he aprendio de los isbu es mu largo de contá.
El pueblo donde me encontraba era una de las tribus de los Kaiila, los llamados Isbus. El niño era yo. La mujer mi madre. Y el herlit la señal de que habia encontrao mi sitio. La piel de historia podria ser isbu o podria no serlo. Los Isbus señalan sus pieles con su signo, 3 rayas horizontales. Mi piel de historia no tenia ningun signo. Quiza la tribu donde naci fue exterminada, y por eso mi madre no quiso marcar la piel. Quiza se borro con el tiempo, quiza simplemente se le olvido, porque como mi madre fuera tan despista como yo... Hay cosas que nunca quedan del to clara en las historias, y a lo mejo esto jamas lo sabre seguro.
Los Isbus me acogieron, me enseñaron a cazar el kailiauk, y aprendi de ellos, su lengua, su cultura, sus costumbres... Con ellos me siento bien. Tienen un sentido de la comunidad que no hay en el resto de Gor. Por ejemplo las cosas de valor no se esconden, porque no se roba. Eso es atentar contra el bien de la tribu.
No creen en los Reyes Sacerdotes, sino en el mundo de la medicina. El mismo mundo donde cuando estamos mu cansaos acuden los muertos, donde vienen a vernos gente que conocemos y que esta muy lejos y podemos hablar con ellos como si estuvieran al lao.
Ahora entiendo muchas mas cosas de mi. Cosas que otros seguiran sin entende aunque se las explicara, porque mis ojos no ven el mundo como los demas. Entiendo muchas más cosas ahora de mi, y del mundo. Pero son mis cosas, y los blancos no estan preparaos pa entenderlas, porque ellos creen en sus castas, en sus guerras, en sus mentiras, y en un mundo que no tiene na que ver con lo que el mundo es.
Esta es mi piel de historia.
Los salvajes no escriben mentiras en una piel de historia, eso seria mala medicina.
Los salvajes rojos me conocen como Wayaiha, el que hacer reir a los demas.
Soy Isbu.
1 comentario:
Que bonita historia y que bien contada, me has hecho reir... y eso cuando una esta en la oficina intentando poner cara de poker no es bueno...
Espero que sigas contando mas cosas de tu nueva vida, no habia leido aun nada sobre esos pueblos y me ha parecido muy interesante.
Besos, alborada
Publicar un comentario